Iguanzo era la última Copa de España y la clasificación estaba muy ajustada. Aunque las sensaciones siempre me han acompañado en esta competición siempre la incertidumbre planea sobre si conseguiré mantener el amarillo. No estaba con mucha presión porque pensaba que bueno, al menos había ido de amarillo casi todos los días, pero si con incertidumbre y ganas de que se decidese algo que pienso que se podría haber resuelto antes si hubiese sido un poco más fino, porque las sensaciones me solían acompañar pero los miedos no. Sin duda uno disfruta al ir de amarillo, pero no puede evitar saber que el amarillo que se pierde en la última carrera ya no se recupera, como pude hacer en otras ocasiones.
Con buena temperatura, algo de viento y unas nubes de fondo en acto de presencia, comenzó una carrera «loca» donde mi mayor objetivo y el de mi equipo, era que se formasen escapadas y llegasen con ventaja, escapadas con cuanta más gente mejor. Si entraban 20 o 21 daba igual lo que sucediese por detrás porque no había puntos en juego. Toda la carrera me sentí muy cómodo: el paso por los dos primeros puertos fue rápido pero no asfixsiante para mi y los sucesivos por Ubiarco, a pesar de los ataques de Prades y Ezquerra, se pasaron bien. Sus equipos controlaron todo lo posible que no se hicieran cortes pero era algo inevitable pues es muy difícil de controlar una carrera de 163 km. El equipo es algo esencial y para mi fue muy importante que parte de mi equipo se mantuviera conmigo dandome confianza en caso de que las cosas se torcieran.
Tras todas las ascensiones y conforme llegaba el final, la tensión era mayor. Se acercaban los últimos kilometros y el haber ido relativamente despacio suponía un problema: demasiada gente al sprint, un grupo entre 30-40 en un velodromo. Estaba muy bien de fuerzas pero no se puede evitar el juego del azar, pues casi me quedo cerrado en el velodromo. Al final por el exterior encontre un hueco y aunque me hubiese gustado salir antes comence el sprint con algo de retraso, a unos 200 metros, y muy abierto por la izquierda, con poco espacio. Esprinté tan fuerte como pude, consiguiendo entrar justo detrás de Ezquerra y ganando la Copa de España, una victoria trascendente de cara al futuro y a mi palmarés, una victoria que ampliaba también el palmarés de Caja Rural.
Un día de gran alegría y en el que todo salio bien excepto la caída del grupo cabecero en meta, donde mi compañero «Chuchi» hizo tercero al Sprint. Nunca pense empezar la copa de españa así pero nunca había entrenado tan bien ni encontradome así, subiendo con facilidad en las carreras de máximo nivel. Acababa la copa de españa 2011 y yo la había ganado. Sin duda esta es una temporada muy importante para mí.
Fran Moreno
Caja Rural